El regreso de la democracia

¿Por qué terminaron las dictaduras? Cuando los gobiernos ya no pudieron financiarse, el descontento de la población llegó a un nivel muy alto. Era obvio que había que buscar una alternativa. Las campañas por los derechos humanos dentro y fuera del Cono Sur también habían tenido un gran impacto en la sociedad y el comercio. En Argentina, la junta militar fracasó en su intento por controlar las Islas Malvinas durante la guerra con Inglaterra en el año 1982. Esto hizo que el gobierno perdiera su legitimidad, lo que obligó a convocar elecciones democráticas. En Chile, Pinochet pensó que el público lo elegiría como presidente mediante el proceso democrático, después de haber sido dictador no-electo desde 1973. Sin embargo, con el famoso plebiscito de 1988, el pueblo respondió "no" y Pinochet eligió a Patricio Aylwin para reemplazarlo en 1990. En Uruguay, la junta militar negoció con los partidos políticos a través de un largo proceso de transición, que culminó con la elección democrática de Julio María Sanguinetti en 1984.

Una transición difícil

La transición hacia la democracia no fue instantánea ni fácil para ninguno de los países del Cono Sur. Por mucho tiempo, el partido socialista no tuvo oposición en Chile, hecho que cambió con la elección de Sebastián Piñera en las elecciones de enero de 2010. En Uruguay, Sanguinetti fue elegido dos veces (en 1984 y en 1994) para gobernar su país. En Argentina, Raúl Alfonsín, el primer presidente después de la dictadura, no pudo terminar su mandato presidencial en los 80 a causa de una crisis económica. Después, Carlos Menem dominó la política argentina durante los años 90 y, entre 2003 y 2015, el país estuvo en las manos de la pareja Néstor y Cristina Kirchner.

El caso de Paraguay es el más complicado, porque después del golpe de estado que derrocó al dictador Stroessner, hubo una serie de presidentes que sufrieron golpes de estado fallidos. Andrés Rodríguez, general que derrocó a Stroessner, fue presidente hasta que Juan Carlos Wasmosy fue elegido en 1993. Sin embargo, casi todos los gobiernos democráticos han experimentado la amenaza de las fuerzas armadas y mucha inestabilidad económica. El presidente de Paraguay hasta 2012, Fernando Lugo, trabajó duramente para organizar el gobierno, disminuir la corrupción y proporcionar servicios a los sectores más marginales de la sociedad. Sin embargo, fue destituido de su cargo por el parlamento durante un juicio repleto de irregularidades.

La responsabilidad de los nuevos gobiernos

Los obstáculos que los gobiernos de la post-dictadura experimentan son increíbles. Además de la responsabilidad de procesar a los militares que torturaron y mataron a las víctimas de las dictaduras, necesitan guiar a sus pueblos en el proceso de reconciliación y resolución. En todos los países ahora hay grandes monumentos dedicados a las víctimas, pero también hay personas que estaban conectadas con las dictaduras y que aún siguen ocupando posiciones de poder. Además de lidiar con estos temas de organización y justicia al pasado, los gobiernos tienen que satisfacer sus obligaciones económicas. Los regímenes militares sacaron muchos préstamos de bancos internacionales para financiar campañas de gran infraestructura que nunca se realizaron. Por ejemplo, se estima que Argentina acumuló casi 30 mil millones de dólares de deuda externa bajo la junta militar, ya que este dinero se transfirió casi en su totalidad a los militares y a sus compañeros de industrias privatizadas, sin producir ningún cambio en el nivel económico del país. Casos como este se dieron en todos los países de la zona.

Los países del Cono Sur en la actualidad

En la última década, la izquierda y la derecha chilena se han estado alternando el gobierno del país. Michelle Bachelet se convirtió en la primera mujer presidenta de Chile en 2006, terminando su candidatura en 2010. Su sucesor fue Sebastián Piñera, representando a la derecha, que gobernó el país de 2010 a 2014. Sin embargo, Michelle Bachelet fue elegida de nuevo en 2014, para pasar a ser substituida por Sebastián Piñera en 2018. Pese a los períodos de crisis enfrentados durante su historia, en la actualidad la economía chilena es internacionalmente conocida como una de las más sólidas de toda Latinoamérica. El importante y sostenido crecimiento económico se debe, en parte, a la economía de libre mercado que han mantenido los gobiernos actuales.

El matrimonio Kirchner-Fernández gobernó Argentina de 2003 a 2015 (Néstor de 2003 a 2007 y Cristina de 2007 a 2015). Basando su política en las ideas peronistas, estos gobernantes de izquierdas establecieron relaciones bidireccionales con sus países vecinos. El ejemplo más destacado fue la firma del Tratado de Maipú entre Cristina Fernández y Michelle Bachelet, que buscaba la cooperación entre Argentina y Chile. En 2015, Mauricio Macri, de la centroderecha, se convirtió en el presidente del país. Con respecto a la economía, Argentina es la segunda potencia de Sudamérica, con sus grandes exportaciones de carne y vino, entre otros. Sin embargo, su gran deuda externa (acumulada a raíz de la última dictadura), así como sus políticas proteccionistas, han causado que la economía del país se estanque y se desestabilice.

Uruguay ha estado gobernado por la izquierda desde 2005, con José Mujica y Tabaré Vázquez representando al partido Frente Amplio. A pesar de ser apodada “la Suiza de América” a finales del siglo XIX, en la actualidad la economía uruguaya se ve fuertemente afectada por las recesiones económicas de Brasil y Argentina, causando la devaluación de su moneda, el peso uruguayo. Uruguay es un país pequeño, que basa su economía principalmente en la agricultura y que necesita importar mucho de Brasil, Argentina, China y Estados Unidos. Por ejemplo, en el año 2016 el país exportó 8,387 billones de dólares, pero importó 8,463 billones. Todo esto, ha tenido una influencia importante en la economía del país.

El ARN-Colorado, partido de derecha, ha estado gobernando en Paraguay casi ininterrumpidamente desde 1948, a excepción del período 2008-2013. En este término, Fernando Lugo, del partido izquierdista Frente Guasú, fue destituido en 2012, después de un juicio político que muchos vieron como poco transparente y desencadenado por el partido opositor, ARN-Colorado, en un intento por recuperar el poder del país. En cuanto a la economía paraguaya, el Fondo Monetario Internacional prevé un aumento del 4,5% para el año 2019; sin embargo, en el año 2017 la pobreza todavía afectaba al 26,1% de la población del país. Actualmente, Paraguay es un gran exportador de energía eléctrica gracias a la hidroeléctrica Itaipú, que está haciendo crecer la economía y que está generando un “boom” en la construcción.