Guatemala

Después de la disolución de La República Federal de Centroamérica, Guatemala tuvo una serie de gobiernos que fueron, básicamente, dictaduras. Los presidentes bajaron las tasas de interés guatemaltecas para los poderosos negocios extranjeros, que llegaron a controlar el comercio y la industria en Guatemala. Aunque las compañías cumplieron un importante rol en el desarrollo de la infraestructura del país, las ganancias no permanecieron en el territorio nacional y el pueblo de Guatemala se vio sumergido en la pobreza. La dictadura de Jorge Ubico y Castañeda, que duró de 1931 a 1944, fue determinante en este proceso. El gobierno de Ubico favoreció especialmente a la United Fruit Company, que controlaba los ferrocarriles, la compañía eléctrica, las líneas telegráficas y el único puerto antes del fin de la dictadura. También, la compañía estadounidense UFC tomó posesión de las mejores tierras para sus plantaciones. En 1944, el gobierno de Guatemala pasó a manos de un grupo de revolucionarios.

Los "diez años de primavera"

Los revolucionarios derrocaron al gobierno de Ubico e iniciaron un período de libertad de expresión y transformaciones sociales en Guatemala. Esta época pasó a la historia como los “diez años de primavera”. Las reformas sociales de este período fueron realizadas bajo el mandato de los presidentes Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz. La reforma más ambiciosa de este gobierno fue la redistribución de tierras a los pueblos campesinos, lo que preocupó a las compañías extranjeras. Temiendo la llegada del comunismo a Guatemala, la CIA apoyó a un grupo militar encabezado por Carlos Castillo Armas. El ejército de Castillo Armas invadió Guatemala desde Honduras y fue responsable del golpe de estado de 1954. Castillo Armas se declaró presidente, pero fue asesinado en 1957, lo que catapultó a Guatemala a un período de inestabilidad y después a una larga guerra civil.

La guerra civil

La guerra civil duró treinta y seis años, de 1960 hasta 1996. Durante esos años, más de 200.000 personas fueron asesinadas o “desaparecidas” por el estado. La mayoría de los muertos fueron personas indígenas. En 1985, el gobierno militar le devolvió el poder al gobierno civil, poniendo a Ramiro León Carpio, ex jefe de la comisión de defensa de los derechos humanos, en el sillón presidencial. En 1992, Rigoberta Menchú Tum, una indígena maya, ganó el Premio Nobel de la Paz por su dedicación a la meta de un futuro mejor para los indígenas. Un tratado de paz fue firmado en el año 1996.

Hoy en día, Guatemala todavía está tratando de curar las heridas del pasado. El nuevo foro de comunicación entre el gobierno y el pueblo, formado en 2002 por el presidente Alfonso Portillo, constituyó un paso importante hacia este proceso.

Guatemala en la actualidad

El caso de “La línea” fue un proceso judicial por corrupción que tuvo lugar en Guatemala entre 2015 y 2016. Antiguos presidentes, como Otto Pérez Molina y altos cargos del gobierno estuvieron involucrados.

El 3 de septiembre de 2015, Alejandro Maldonado Aguirre se convirtió en el nuevo presidente de la República, tras la renuncia de Otto Pérez Molina. Solamente gobernó hasta enero de 2016, ya que estaba sustituyendo al antiguo presidente y no había sido electo por los guatemaltecos.

En octubre de 2015, hubo elecciones en Guatemala y Jimmy Morales fue elegido como nuevo presidente del país, comenzando su mandato en enero del 2016. Muchos piensan que su victoria fue gracias a los casos de corrupción de “La línea”, que involucró a muchos otros políticos. Como resultado, desde el 2017 el presidente y sus amistades cercanas fueron investigadas y en junio de 2019 se celebraron nuevas elecciones para sustituir el gobierno guatemalteco. Alejandro Giammattei, del partido de centro derecha Vamos, ganó las elecciones y actualmente ocupa el cargo de presidente nacional. Entre otros cambios, Giammattei ha prometido establecer un plan renovado de reinserción social para implementar en las cárceles del país.