La República Dominicana
La dictadura de Trujillo
Tras el proceso de independencia, la República Dominicana se encontraba con muchos problemas económicos y políticos. En 1916, los Estados Unidos tomaron posesión de la isla y controlaron todo el comercio del país hasta el año 1941. En 1930, los Estados Unidos ayudaron a Rafael Leónidas Trujillo, “El Jefe”, a tomar control del país.
Trujillo fue un presidente que luego se convirtió en un dictador. Estuvo en el poder hasta 1961, año en que fue asesinado por sus antiguos amigos políticos. Trujillo es conocido por ser uno de los dictadores más violentos, sanguinarios y represivos de la historia latinoamericana. Durante su mandato, no existieron otros partidos políticos diferentes al suyo y tenía fama por perseguir a la oposición con violencia.
Trujillo llevó a cabo un sistema de propaganda nacional, demandando que la gente apoyara su autoridad. Como parte de este proyecto propagandístico, él promovió el lema que decía “Dios y Trujillo”, en un intento de establecer un paralelismo entre el poder de Dios y el suyo (ambos merecían respeto y lealtad, por ser poderosos). Sin embargo, la gente sufrió durante la “era Trujillo”, no sólo por el miedo y la violencia, sino también por la pobreza.
Un intento de democracia
Después de la muerte de Trujillo, se llevaron a cabo elecciones democráticas en el país y Juan Bosch fue elegido presidente. Dicho presidente empezó a hacer una serie de reformas agrarias en el país y, como consecuencia, perdió mucho apoyo entre las clases altas. En 1963, Bosch fue depuesto por medio de un golpe de estado y, dos años después, el país fue invadido nuevamente por las fuerzas militares estadounidenses.
El futuro de la economía
La economía del país depende mucho del mercado internacional, ya que sus industrias más importantes son el azúcar, el turismo y la minería. En los años 80, debido a una recesión mundial, la República Dominicana sufrió mucho; por eso, más de 250.000 dominicanos emigraron a los Estados Unidos. En la década de los 90, la economía seguía en un estado precario y se estimaba que alrededor del 25 por ciento de los adultos del país estaban desempleados. Sin embargo, hoy en día la economía de la República Dominicana está creciendo a un ritmo de un 7%, especialmente gracias al turismo. Esto la convierte en la octava economía más grande de América Latina después de Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile, Perú y Ecuador.