"Carta abierta a mi nieta o nieto"
Juan Gelman
Juan Gelman (1930-2014) fue un escritor argentino. Gelman luchó contra las dictaduras durante los sesenta y los setenta. En 1976, su hijo y su nuera embarazada fueron desaparecidos por el gobierno militar. En la carta abajo, Gelman explica lo que les pasó a su hijo, a su nuera y a su nieta o nieto por nacer.
Paso 1
Lee toda la “Carta abierta a mi nieta o nieto” escrita por Juan Gelman.
12 de abril de 1995
Carta publicada en el semanario Brecha, Montevideo, el 23 de diciembre de 1998.
- Dentro de seis meses cumplirás 19 años. Habrás nacido algún día de octubre de 1976 en un campo de concentración. Poco antes, o poco después de tu nacimiento, el mismo mes y año, asesinaron a tu padre de un tiro en la nuca, disparado a menos de medio metro de distancia. Él estaba inerme y lo asesinó un comando militar, tal vez el mismo que lo secuestró con tu madre el 24 de agosto en Buenos Aires y los llevó al campo de concentración Automotores Orletti, que funcionaba en pleno Floresta y los militares habían bautizado “el Jardín”. Tu padre se llamaba Marcelo. Tu madre, Claudia. Los dos tenían 20 años y vos, siete meses en el vientre materno cuando eso ocurrió. A ella la trasladaron -y a vos con ella- cuando estuvo a punto de parir. Debe haber dado a luz solita, bajo la mirada de algún médico cómplice de la dictadura militar. Te sacaron entonces de su lado y fuiste a parar -así era casi siempre- a manos de una pareja estéril de marido militar o policía, o juez, o periodista amigo de policía o militar. Había entonces una lista de espera siniestra para cada campo de concentración: Los anotados esperaban quedarse con el hijo robado de las prisioneras que parían y, con alguna excepción, eran asesinadas inmediatamente después. Han pasado 12 años desde que los militares dejaron el gobierno y nada se sabe de tu madre. En cambio, en un tambor de grasa de 200 litros que los militares rellenaron con cemento y arena y arrojaron al Río San Fernando, se encontraron los restos mortales de tu padre 13 años después. Está enterrado en La Tablada. Al menos hay con él esa certeza.
- Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste. Me lo aseguró el padre Fiorello Cavalli, de la Secretaría de Estado del Vaticano, en febrero de 1978. Desde entonces, me pregunto cuál ha sido tu destino. Me asaltan ideas contrarias. Por un lado, siempre me repugna la posibilidad de que llamaras “papá” a un militar o policía ladrón de vos, o a un amigo de los asesinos de tus padres. Por otro lado, siempre quise que, cualquiera que hubiese sido el hogar al que fuiste a parar, te criaran y educaran bien y te quisieran mucho. Sin embargo, nunca dejé de pensar que, aun así, algún agujero o falla tenía que haber en el amor que te tuvieran, no tanto porque tus padres de hoy no son los biológicos -como se dice-, sino por el hecho de que alguna conciencia tendrán ellos de tu historia y de cómo se apoderaron de tu historia y la falsificaron. Imagino que te han mentido mucho.
- También pensé todos estos años en qué hacer si te encontraba: si arrancarte del hogar que tenías, o hablar con tus padres adoptivos para establecer un acuerdo que me permitiera verte y acompañarte, siempre sobre la base de que supieras vos quién eras y de dónde venías. El dilema se reiteraba cada vez -y fueron varias-, que asomaba la posibilidad de que las Abuelas de Plaza de Mayo te hubieran encontrado. Se reiteraba de manera diferente, según tu edad en cada momento. Me preocupaba que fueras demasiado chico o chica -por ser suficientemente chico o chica- para entender lo que había pasado. Para entender por qué no eran tus padres los que creías tus padres y a lo mejor querías como a padres. Me preocupaba que padecieras así una doble herida, una suerte de hachazo en el tejido de tu subjetividad en formación. Pero ahora sos grande. Podés enterarte de quién sos y decidir después qué hacer con lo que fuiste. Ahí están las Abuelas y su banco de datos sanguíneos, que permiten determinar con precisión científica el origen de hijos de desaparecidos. Tu origen.
- Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije.
- Los sueños de Marcelo y Claudia no se han cumplido todavía. Menos vos, que naciste y estás quién sabe dónde ni con quién. Tal vez tengas los ojos verde-grises de mi hijo, o los ojos color castaño de su mujer, que poseían un brillo especial tierno y pícaro. Quién sabe cómo serás si sos varón. Quién sabe cómo serás si sos mujer. A lo mejor podés salir de ese misterio para entrar en otro: el del encuentro con un abuelo que te espera.
Si quieres, puedes escuchar el audio del texto aquí.
Paso 2
Con tus propias palabras, contesta las preguntas que te fueron asignadas en clase:
- Resume el párrafo 1. ¿Qué les ocurrió a Marcelo (el hijo de Juan Gelman) y a su esposa Claudia?
- Resume los párrafos 2-3. ¿Qué pasó con el/la hijo/a de Marcelo y Claudia?
- Resume los párrafos 4-5. ¿Por qué era importante para Juan Gelman encontrar a su nieto/a?
Las Abuelas de Plaza de Mayo
Las Abuelas de Plaza de Mayo es una organización no gubernamental creada en 1977. Su objetivo es localizar y devolver a sus verdaderas familias a todos los niños desaparecidos durante la última dictadura argentina (1976-1983). Durante esta época, muchas familias fueron desaparecidas y asesinadas por el estado y niños recién nacidos fueron entregados a matrimonios estériles que tenían conexiones con el ejército o las altas esferas.
Muchos de los padres y madres de estos “niños robados” siguen desaparecidos o fueron asesinados. Sin embargo, las abuelas saben que sus nietos y nietas viven con familias adoptivas y quieren recuperar el contacto con ellos. Esta organización no pretende arrancar a los nietos y nietas de sus familias actuales, ya que las Abuelas entienden que son lo único que han conocido en sus vidas. Sin embargo, hoy en día, como adultos, tienen el “derecho a la identidad” y a conocer su verdadera historia.
Las Abuelas de Plaza de Mayo se han movilizado a través de los años, utilizando los avances tecnológicos y científicos disponibles. Hoy en día, utilizan pruebas de ADN para comprobar la identidad de sus nietos. Aunque la mayoría de los padres y madres están desaparecidos, las Abuelas utilizan muestras de sangre propias y de otros hijos vivos para verificar la consanguinidad con estos “niños robados”. En este video puedes aprender más sobre la historia de las Abuelas de Plaza de Mayo, así como en su página web oficial.
Uno de los nietos encontrados ha sido Maximiliano Menna Lanzilotto (nieto número 121, en el 2016). Mira esta breve entrevista, donde describe cómo fue la experiencia de descubrir que era un “niño robado”.
Ahora, vas a ver un video donde la “niña robada”, Marcela Solsona Síntora, habla de su experiencia al ser recuperada. Céntrate en sus respuestas (puedes adelantar el video en las secciones en las que Marcela no está hablando). ¿Cómo se diferencia su experiencia de la de Maximiliano? Ponte en el lugar de Marcela y Maximiliano; ¿cuáles crees que fueron sus motivos para reaccionar como lo hicieron al descubrir su pasado?
Las Madres de Plaza de Mayo
Hoy en día, las Abuelas de Plaza de Mayo son las que tienen más influencia mediática, porque existe una mayor certeza de que sus nietos y nietas siguen viv@s y esto ha ayudado a movilizar a diversos organismos nacionales e internacionales. Sin embargo, también existe la organización de las Madres de Plaza de Mayo, que comenzó igualmente en el año 1977, cuando sus hijos e hijas empezaron a ser secuestrados y asesinados por la dictadura. Las Madres se reúnen y marchan cada jueves del año desde Plaza de Mayo (de ahí el nombre de la organización), para denunciar la falta de resolución de los casos de sus hijos e hijas. Además de su página oficial, la organización también se mantiene muy activa en las diferentes redes sociales, donde suben videos y discursos de sus manifestaciones, entre otros.
Hebe de Bonafini, que sigue teniendo dos hijos y una nuera desaparecidos, es una de las cofundadoras de la asociación Madres de Plaza de Mayo. Su activismo social y político han hecho que le concedan diferentes condecoraciones a través de los años; sin embargo, su implicación también ha provocado que ella y sus allegados sufran ataques, insultos, amenazas de muerte y torturas. Uno de estos episodios sucedió en 2001, cuando dos personas entraron por la fuerza al domicilio de Bonafini y, al no estar ella en casa, torturaron a su hija Alejandra, golpeándola y quemándola con cigarrillos.
En este video (hasta el minuto 4:55), puedes ver una entrevista que se les hizo a las Madres de Plaza de Mayo (y también a algunas Abuelas) el primer día del Mundial de Fútbol de 1978, en Argentina. Esta fue hecha por un periodista holandés para un documental de su país. Desafortunadamente, la situación no ha mejorado desde entonces, y lo que piden las Madres en 1978 es lo mismo que siguen pidiendo hoy en día: que se les dé información sobre sus hijos e hijas desaparecidos durante la última dictadura argentina.