Desarrollo e inmigración en el Cono Sur durante la primera mitad del siglo XX

Al igual que en los Estados Unidos, los inmigrantes que llegaron al Cono Sur durante los siglos XIX y XX transformaron los países que los recibieron. Además de contribuir mano de obra para las nuevas industrias, los inmigrantes también contribuyeron nuevas ideas políticas, religiosas, artísticas y sociales a las nuevas repúblicas latinoamericanas.

Mira atentamente el siguiente video que contiene imágenes e información sobre la inmigración y su impacto en Argentina durante la transición del siglo XIX al siglo XX para darte una idea de la dimensión del cambio que sufrió esta región.

Olas similares llegaron también a los otros países del Cono Sur. Debido a la llegada de los inmigrantes, Uruguay experimentó un gran crecimiento económico y cultural. La combinación de este crecimiento y de los programas sociales del presidente José Batlle y Ordóñez (1903-1929), hizo que el país pasara a ser conocido como “La Suiza de América”.

Cambios políticos

Sin embargo, la enorme entrada de personas también impulsó cambios políticos en todos los países de la región. Los partidos políticos tuvieron que adaptarse a los intereses y a las costumbres de los nuevos votantes. Varios de los nuevos inmigrantes traían consigo ideas radicales como el comunismo, el anarquismo y el sindicalismo, que antes no tenían mucha influencia en América Latina. Cuando la bolsa norteamericana cayó y la Gran Depresión se extendió a todos los continentes del mundo en 1929, los nuevos mercados económicos, sociales y políticos fueron cuestionados. En Argentina, la crisis produjo un golpe de estado. En Paraguay, agravó las tensiones con Bolivia y precipitó la guerra del Chaco entre 1932 y 1935. La economía de Chile se colapsó y eso extendió el período de inestabilidad política.

La emoción y el caos de la primera mitad del siglo XX definitivamente tuvieron una gran influencia en la industria de los países del Cono Sur y ayudaron a establecer las prácticas políticas que definieron el resto del siglo. La preocupación central de los políticos, los financiadores y los líderes sindicales después de la Segunda Guerra Mundial era la necesidad de organizar y estabilizar a la sociedad. Mientras que Uruguay y Chile mantuvieron la democracia durante muchos años, Paraguay y Argentina siguieron otros caminos.